Descripción

«Irene Nárdiz, joven poeta sevillana que mira al mundo con ojos grandes, limpios y azules, pertenece a esa tradición en la que lo sensible se materializa para hacerse verbo y regresar, como está mandado, a la carne. Ya el propio título, Síndrome de ausencia, insinúa una respuesta física, una reacción del organismo ante la privación del ser amado. Los primeros poemas son una suerte de diagnosis y, de paso, la constatación “de que los sentimientos/ también se pueden tocar”. En contraste, los versos que hablan de la compañía consumada, del amor correspondido y compartido, no sólo hablan de sanación, sino también de renovados vigores. El poeta convaleciente, enfermo de eso que llaman mal de amores, nada tiene que ver con los amantes victoriosos que, como fenómenos de la Naturaleza, comprueban cómo sus cuerpos “truenan y relampaguean”.» Alejandro Luque.